De ‘Feas’ a Salvadoras: Cómo las Verduras Descartadas Pueden Cambiar Vidas en el Valle del Cauca

Una región donde la naturaleza desborda generosidad, miles de frutas y verduras son desechadas cada día solo por no ser "perfectas". ¿Una manzana con una mancha? ¿Un tomate un poco deforme? A la basura....

Marco Ambiental

4/21/20252 min read

Una región donde la naturaleza desborda generosidad, miles de frutas y verduras son desechadas cada día solo por no ser "perfectas". ¿Una manzana con una mancha? ¿Un tomate un poco deforme? A la basura. Pero, ¿y si te dijéramos que esas llamadas "verduras feas" podrían ser la clave para combatir el hambre y la malnutrición en nuestra región? En Marco Ambiental, creemos que es hora de cambiar la narrativa y transformar el desperdicio en esperanza.

Las estadísticas son alarmantes: un gran porcentaje de alimentos comestibles termina en los botaderos porque no cumplen con estándares estéticos impuestos por mercados y consumidores. Mientras tanto, familias en municipios como Buga, Tuluá o Palmira luchan por poner un plato de comida en la mesa. Desde nuestra misión, en Marco Ambiental, estamos impulsando una revolución ética: promover el consumo de estos alimentos "imperfectos" y fomentar la creación de huertas urbanas que empoderen a las comunidades a producir sus propios alimentos. Imagina tu balcón, tu patio o incluso una maceta en la ventana convertida en una fuente de lechugas, zanahorias o tomates frescos.

Esta iniciativa va más allá de la estética; es un acto de amor por nuestra gente y nuestro planeta. Al sembrar en casa, no solo reducimos el desperdicio, sino que también tomamos conciencia de lo que realmente necesitamos consumir para estar saludables. Hacer una lista de los alimentos que más consumes y compararla con los que deberías consumir puede ser revelador. ¿Cuántas veces compramos productos procesados en lugar de alimentos frescos y nutritivos? Cambiar esos hábitos y empezar a cultivar, aunque sea en una matera, es un paso hacia un Valle del Cauca más sostenible y justo.

El reto está sobre la mesa: desde Marco Ambiental, soñamos con un programa piloto en un municipio vallecaucano que logre el Objetivo de Desarrollo Sostenible de Hambre Cero. Pero no lo haremos solos. Te invitamos a unirte a esta causa, a compartir esta idea con amigos y familiares, y a empezar tu propia huerta, por pequeña que sea. Cada semilla que plantes es un acto de resistencia contra el desperdicio y un paso hacia un futuro donde nadie pase hambre. ¿Te sumas a esta revolución verde?

Comparte este artículo y hagamos que el Valle del Cauca sea un ejemplo de cómo el amor por la comida y la solidaridad pueden cambiar vidas. ¡Sembremos juntos el cambio!